Mauricio O. señala que al considerar qué constituye una buena práctica y dónde podría aplicarse en las organizaciones, se inspira en su trayectoria académica y profesional en programación neurolingüística.
Uno de los fundamentos clave es el modelaje, que comienza observando lo que otros hacen exitosamente. Este proceso debería ser, en primer lugar, observable; en segundo lugar, medible; y en tercer lugar, replicable. Por lo tanto, se considera una buena práctica no solo para organizaciones sino también para la vida cotidiana, la política, el deporte, etc.
Por su parte, Paul A. argumenta que cuando se habla de organizaciones, muchos piensan en empresas. Sin embargo, para él, una "organización" puede surgir cuando más de tres "células" se unen para formar una "molécula". Estas moléculas pueden unirse para formar un organismo más grande, con un sistema adaptativo que varía ampliamente.
A esto le gusta llamarlo "adaptación lateral", un proceso que puede ocurrir de manera gradual o abrupta, como hemos visto con la pandemia de COVID-19 o con acontecimientos geopolíticos como la guerra entre Rusia y Ucrania. Marisol C., tomando estos conceptos, los relaciona con los fundamentos de la programación neurolingüística en relación a las creencias y valores que conforman la cultura de una organización.
Así, señala que es fundamental tener en cuenta el contexto, la cultura, el proceso adaptativo y los valores para entender lo que podría ser una buena práctica organizacional.Paul continúa, argumentando que la primera definición de "buena práctica" a menudo se establece mediante un proceso de ensayo y error.
Lo que es funcional en un contexto dado podría convertirse en un automatismo desde el cual se pueda mejorar. Observa que las organizaciones suelen seguir ciertos estilos de liderazgo que generan una visión más verticalizada, lo cual puede ser problemático si no es inclusivo. Mauricio O. añade que una buena práctica debe, en primer lugar, aportar algo y, en segundo lugar, estar alineada con un objetivo específico.
Esta finalidad puede variar: ser individual, comunitaria, o incluso contraproducente en otros contextos. Olvin sugiere que las alianzas son cruciales para alcanzar resultados. Añade que una buena práctica en las organizaciones podría ser la formación que impacte la forma de pensar, permitiendo el desarrollo personal y profesional.