Cuando definimos quiénes somos, lo hacemos desde nuestro prisma, lo cual nos otorga una mirada más bien subjetiva, y de esta manera, nos “etiquetamos”. Sin embargo, las etiquetas propias no necesariamente coinciden con lo que se ve y percibe desde afuera. Nuestras percepciones son únicas, construidas de acuerdo a la realidad de nuestras experiencias, valores, creencias y opiniones, las cuales nos dan un marco de la realidad que vivimos. Es nuestro propio mapa de realidad, que difiere del de las otras personas que nos rodean. Incluso, en este “ser quienes somos” también puede suceder que proyectamos para cumplir expectativas de otros, y dejamos de lado parte de nuestra identidad.
Podemos hacer el ejercicio de vernos a nosotros mismos desde fuera, imaginar que “un otro” nos está mirando, ayudándonos con nuestra imaginación. No somos ese otro en la realidad, sin embargo, puede darnos algo más de mapa sobre lo que no percibimos de nosotros mismos, pues podemos obtener información desde
el punto de vista de ese otro, el cual tiene su cultura, creencias, valores, experiencias, etc. Y luego, con esa información, comparar, entendiendo esas distinciones.
También podríamos comunicarnos y hacer preguntas, pero esos procesos podrían ser truncados o tal vez interrumpidos, si es que ese “otro” nos miente, y nos dice algo que no es exactamente lo que está pensando.
¿Cómo darnos cuenta de eso para tener más claro quiénes somos y si es percibido también por los demás? PNL, Coaching e Hipnosis nos proveen de algunas herramientas