“Él les dijo: escuchen este sueño que tuve: Estábamos todos reunidos haciendo atados de cereales en el campo, cuando el mío se alzó repentinamente, se elevó, y los cosechados por ustedes se inclinaron hacia el mío. Sus hermanos le replicaron: ¿Te prepones reinar sobre nosotros? Y lo odiaron aún más debido a su sueño. Entonces Joseph tuvo otro sueño, y lo relató a sus hermanos, y dijo: He aquí he tenido otro sueño donde el sol, la luna y once estrellas se postraban ante mí. Joseph lo contó también a su padre y éste lo reprendió y preguntó “¿Realmente es tu voluntad gobernarnos?”.
Es evidente, la importancia adjudicada a los sueños, además ver como sólo algunas personas tenían la facultad de interpretarlos. A través del cuestionamiento de su padre y hermanos, “¿Te propones reinar sobre nosotros?”, “¿Es tu voluntad, gobernarnos realmente?,” queda explícito que ellos tenían conocimientos sobre el significado de los sueños.
Joseph fue vendido como esclavo, por sus hermanos, quienes lo envidiaban, pues él era el hijo predilecto de Jacob. La historia de Joseph es extensa este sueño, fue una premonición sobre la entrada del hebreo a la corte del faraón.
Las aventuras de Joseph siguen con tristes consecuencias debido a ese sueño, hasta que llega a Egipto, donde es apresado. En la cárcel, compartió la misma celda con un copero y un panadero, quienes durante la misma noche tuvieron sueños, y cada uno interpretó el sueño al otro. Al amanecer, Joseph, los encontró inquietos y les preguntó, cuál era el problema. Los empleados del Faraón, dijeron ambos haber tenido un sueño y no encontraban el significado.
Los vaticinios de Joseph se cumplieron y la interpretación fue difundida. Por esa misma fecha, el Faraón había tenido un sueño (Gen 40: 16- 17) e inquieto, quería saber su significado. Con ese fin, convocó a los “Escribas de la casa de la vida”, una institución formada por sabios, dedicada a la enseñanza de la interpretación de sueños, pero ninguna conclusión de los sacerdotes convenció al Faraón.
“Entonces el faraón dijo a José: He tenido un sueño, y no hay quien me lo interprete. He oído hablar que escuchas sueños y los interpretas. José respondió al Faraón diciendo: No está en mí. Dios responderá para el bienestar del Faraón.”
Entonces el Faraón dijo a José: En mi sueño yo estaba de pie a la orilla del Nilo. Y he aquí que del Nilo salían siete vacas gordas de carne y de hermoso aspecto, y pacían entre los juncos.
Pero he aquí que otras siete vacas subían detrás de ellas, delgadas, de muy feo aspecto y flacas de carne. Jamás he visto otras tan feas como aquéllas en toda la tierra de Egipto. Entonces las vacas flacas y feas devoraron a las siete primeras vacas gordas. Estas entraron en su interior, pero no parecía que hubiesen entrado en ellas, porque su apariencia seguía siendo tan mala como al comienzo. Y me desperté.
Vi también en mi sueño siete espigas que subieron de un solo tallo, llenas y hermosas. Pero he aquí que detrás de ellas brotaron otras siete espigas, secas, delgadas y quemadas por el viento del oriente. Entonces las espigas delgadas devoraron a las siete espigas hermosas”. Se lo he contado a los magos, pero no hay quien me lo interprete. Entonces Joseph respondió al faraón: El sueño del faraón es uno solo.
Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer:
Las siete vacas hermosas son siete años; y las siete espigas hermosas también son siete años. Se trata de un mismo sueño. Las siete vacas flacas y feas que salían detrás de las primeras son siete años, y las siete espigas delgadas y quemadas por el viento del oriente son siete años de hambre. Como dije al faraón, Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer. He aquí que vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto.
Pero después de ellos vendrán siete años de hambre. Toda la abundancia anterior será olvidada en la tierra de Egipto. El hambre consumirá la tierra, Y aquella abundancia pasará desapercibida en la tierra, debido al hambre que vendrá después, porque será muy grave. El hecho de que el sueño del faraón haya sucedido dos veces significa que la cosa está firmemente decidida de parte de Dios, y que Dios se apresura a ejecutarla.
Por tanto, provéase el faraón de un hombre entendido y sabio y póngalo a cargo de la tierra de Egipto.
Haga esto el faraón: Ponga funcionarios a cargo del país que recauden la quinta parte del producto de la tierra de Egipto durante los siete años de abundancia. Que ellos acumulen todos los alimentos de estos años buenos que vienen, almacenen el trigo bajo la supervisión del faraón, y los guarden en las ciudades para el sustento.”
Posteriormente el faraón lo nombró Gobernador de Egipto y logró gloria, poder y riquezas, sin embargo, aceptó su cargo con humildad repitiendo siempre que él, solamente interpretaba la palabra de Dios.
Cuando Joseph ya había sido designado administrador de Egipto, mandó llamar a sus parientes, pero sin revelarles su identidad, ellos al enterarse como su propio hermano era el poderoso representante del faraón, se postraron ante él. Por lo tanto, el sueño de Joseph: “el sol, la luna y 11 estrellas se postraron ante mí”, se realizó.
Los hermanos de Joseph tenían conciencia de haberlo traicionado, sin embargo, él los perdonó y continuó protegiéndoles.
Así constatamos cómo el pueblo hebreo conocía el sentido de los símbolos, siglos antes de ser considerados como “La Vía Real hacia inconsciente”, por Sigmund Freud.
*Rosa Anwandter. Analista de sueños junguiana, autora de los libros “Los sueños el espejo del alma”, “El poder mágico de los sueños”, “El lenguaje de la noche”, junto al Dr. Stanley Krippner, “Sueños en la noche del tiempo”, ”La belleza de soñar”. Directora del Centro de Estudios Oníricos de Chile www.ceoniric.cl