Los cambios hormonales surgidos en ese período, producen sueños más vividos, además como son emocionalmente muy intensos son más fáciles de recordar. Los sueños durante el embarazo muestran las aprehensiones naturales de ese acontecimiento trascendental, como es traer un hijo al mundo.
Según estudios de la investigadora onírica y escritora estadounidense, Patricia Garfield, los sueños de las embarazadas traen varios significados, de acuerdo al mes del embarazo.
Dependiendo de la etapa de gestación existen varios sueños típicos, tales como las pesadillas de la futura madre, quien a veces sueña dar a luz una mascota, o animales pequeñitos. Esas imágenes son una suerte de prueba para la madre, en su tarea de hacerse cargo de un ser indefenso, como es un recién nacido. Los sueños donde la mujer da a luz un ser de otro planeta también son comunes. Ellos demuestran la preocupación al desconocer la apariencia física del bebé, dado que el único dato sobre el nuevo ser, son las ecografías que parecen similares a las representaciones, como suponemos serían los extraterrestres.
También son habituales los sueños donde aparece agua en todas sus formas, como visualizarse nadando, navegando, buceando en el fondo del mar, o en escenas donde hay cascadas, lagos, océanos y playas. Puesto que, el bebé se desarrolla en un medio acuático, esta es la fórmula inconsciente de la futura mamá, intentando extender un vínculo con su retoño.
Frente a la proximidad del nacimiento, suelen aparecer sueños con olas gigantes, demostrando el miedo al momento del parto.
Las imágenes oníricas durante el embarazo reflejan simplemente la aprehensión natural de angustia, ansiedad, miedo o el sentimiento de vulnerabilidad de la futura mamá. En embarazos dentro de rangos normales, no existe ningún motivo para preocuparse por estos sueños, dado que el nacimiento de un hijo es un suceso absolutamente natural.