Son las nueve de la mañana, el clima está perfecto para pescar, una que otra nube blanca descansa sobre un cielo azul profundo y los rayos del sol ya empiezan a entibiar lentamente la superficie del agua, la jornada recién empieza, estamos bajando el río en una pequeña embarcación de madera, el guía de pesca me dice que solo tendremos una posibilidad en el próximo pozón. Empieza un diálogo interno ¿qué mosca debería usar? ¿cuál será el momento ideal para lanzar el señuelo? ¿será verdad que sólo tendré una oportunidad? ¿mi lanzamiento será lo suficiente bueno para lograr la captura? ¿si logro enganchar esa trucha… tendré la habilidad para poder sacarla?
Viajé mas de 2.000 kilómetros para esto y no estoy seguro de saber qué tengo que hacer. Demasiadas preguntas y muy poco tiempo para contestarlas…
La pesca con mosca no es sólo un deporte, detrás de esta disciplina se conjugan ciencias como la entomología, geología, ictiología, física y biología. Sus características especiales hacen que su curva de aprendizaje sea lenta y su tasa de abandono muy superior a otros estilos de pesca y otros deportes outdoor.
La pesca con mosca no se trata de cuántos peces atrapamos, ni siquiera si son los más grandes, sino que esa secuencia de decisiones y estrategias sean pensadas para “engañar” a una trucha o salmón.
Desde la entomología aprendemos la entomofauna del lugar, sabemos qué insectos son los que viven en ese río, los que eclosionan a una hora específica. Para determinar qué y cómo se alimentan las truchas y salmones debemos sumergirnos en la biología e ictiología, aprendiendo las etapas y comportamiento de los peces. De la geografía aprendemos el desarrollo y constante cambio de los causes de ríos y lagos, hábitat de nuestros peces y mediante la física perfeccionamos el lanzamiento de un señuelo que virtualmente no tiene peso, pero que debemos presentarlo a veces a 20 o 25 metros desde donde estamos. Lo que hace que eliminemos el azar de la ecuación, y que el éxito de la jornada sea la consecuencia de nuestras propias decisiones.
Los negocios en las organizaciones y la pesca con mosca comparten muchas similitudes, una de las más relevantes desde el punto de vista del ejecutivo/pescador es el concepto de “estratégico”, definido en muchos manuales de economía y negocios como la “irreversibilidad” que tiene una decisión. Y es aquí el punto de encuentro entre estas disciplinas. La pérdida de foco en la oficina o en el río, según mis años de experiencia tanto en coaching como trabajando como guía profesional de pesca con mosca en la Patagonia, responde a una desconexión en la cadena de decisiones que llevan a la consecución de un objetivo. Por ejemplo, hace no mucho tiempo realizando procesos de coaching de equipos en una importante multinacional de fondos de inversión, me di cuenta que la decisión para invertir 5 MM USD en Sudáfrica la tomaban en menos de media hora, sin embargo, el mismo equipo, no podía ponerse de acuerdo en quién iba a ser el proveedor de resmas de hojas para la oficina, lo que tenía como consecuencia problemas en los suministros.
En el río pasa más o menos lo mismo, pescadores toman la decisión en cinco minutos sobre donde quieren ir a pescar, que equipos comprar, pero una vez estando allí, se dan cuenta que para lograr su objetivo, necesitan mucho más, por ejemplo, una instrucción formal en este deporte, instrucción que dilatan ya sea por una casi nula oferta en el mercado o porque simplemente no lo consideran importante previo al viaje.
En Chile existen muchas experiencias de capacitaciones outdoor, vivimos una especie de boom que lleva al menos 15 años en el mercado, pero pocas cuentan con elementos de transferencia desde la experiencia en terreno a la oficina o viceversa, y ciertamente ninguna que utilice la pesca con mosca, con trabajo de coaching de equipos y ejecutivo en las organizaciones.
El coaching brinda los espacios de reflexión necesarios para unir esta cadena de decisiones estratégicas, manteniendo el foco en la búsqueda de alcanzar el objetivo que se plantea, ya sea capturar un hermoso pez, desarrollando competencias en ejecutivos o llevando a un equipo a un nuevo nivel de desarrollo, tomando los elementos comunes que existen en las organizaciones y un hermoso deporte que, a veces parece poesía, reconectándonos con la naturaleza y con nosotros mismos, dejando de ser una mera capacitación y transformándose en una forma de encarar nuevos desafíos, alcanzar nuevas metas y transformarnos en el mejor pescador que podamos ser… ¡buena pesca!