PROPÓSITO PERSONAL
Pensar distinto es para Alejandra Mustakis la herramienta elemental de todo emprendedor, esto implica una gran dosis de auto convencimiento, amar lo que haces “enamorarse de una idea”, equivocarse con estilo y tener la convicción que encontrarás el camino, explica la Diseñadora Industrial, Presidenta de la Asociación de Emprendedores de Chile (ASECH), fundadora de compañías como Kauel, Medular e IF (Ideas Factory), co-fundadora de Stgo Maker Space.
Alejandra lidera el proyecto de ley actualmente más importante para los emprendedores de Chile, la “Ley de Pago a 30 Días”, con la cual se busca rebajar el período de tiempo de pago de las grandes empresas a las PYMES (a los cerca de 2 millones de emprendedores de nuestro país) y con eso “emparejar la cancha, para potenciar la fuerza y el talento de los emprendedores es necesario una cancha pareja”, dice ella.
SOÑADORA, POSITIVA Y CONFIADA: ATRIBUTOS DE UN EMPRENDEDOR.
Alejandra, desde que iniciaste el camino del emprendedor hasta hoy ¿cómo se ha transformado tu propósito personal?
Es increíble cómo una cosa te lleva a la otra y como un sueño te lleva a otro. Cuando partí emprendiendo no tenía idea en qué emprender. Sólo sentía que no me estaba desarrollando profesionalmente. Me encontré con un gran amigo con ganas de hacer muebles y partimos con “Medular” (empresa de diseño de muebles) sin una gran idea pero con mucha fuerza y ganas de hacer cosas. Te diría que siempre he sido muy soñadora, positiva y confiada, siento que son atributos de emprendedores porque si no eres soñador es muy difícil motivarse, si sueñas y estás enamorado de esa idea, eres capaz de hacer muchos más esfuerzos.
En el proceso me he dado cuenta que tengo varias causas, la primera es crear en Chile. Cuando partimos con la empresa de muebles “Medular”, todos me dijeron que no se podía hacer eso y yo pensaba “están todos picados”. Lo importante de ese aprendizaje fue que conocí mucha gente, distintas situaciones, empecé a tener nuevos sueños. Jamás pensé estar en un gremio como la ASECH cambiando las leyes del país. Cuando partí quería demostrarme que era capaz. Después vino “Kahuel”, una empresa tecnológica, me enamoré del talento y de la capacidad creativa de mis socios. Así fui descubriendo que empujando y empujando los sueños podían ser cada vez más grandes.
Hoy representas a muchos emprendedores y estás trabajando por sacar adelante la “Ley de pago a 30 días”, algo básico para emprender…
Esto es sólo sentido común, cuando partí tomando la ASECH, creo que fue por lejos el principal propósito porque sentíamos que esa ley le cambiaba la vida a todas las PYMES. No hay nada más valioso que potenciar la fuerza de las personas, pero para eso es necesario tener una cancha donde se pueda desarrollar esa fuerza, una cancha pareja para quienes deseen desarrollarse.
¿Qué condiciones se están dando en Chile que favorecen el emprendimiento y que tienen a nuestro país encabezando el ránking de emprendedores en Latinoamérica?
Chile es un país increíble, a veces no nos creemos el cuento. Tenemos un país bastante estable, buena economía, tenemos una institucionalidad bastante sólida, buenos políticos y Estado, siento que vivimos criticando a gente que son necesarios, por ejemplo, a los políticos y a los empresarios. Se dice que son todos malos o buenos y tenemos que romper esos paradigmas. Tenemos que juntar a los distintos, es vital.
Has mencionado como cualidad de un emprendedor “pensar distinto”, ¿qué pensar distinto has desarrollado y qué nuevas perspectivas has incorporado a tu vivir?
Gran parte de lo que he hecho es porque no medí los riesgos, si los hubiese medido no habría hecho nada. Uno debe estar muy convencido, ser un poco loco y estar bastante enamorado de la idea. Parte de pensar distinto, es convencerse profundamente de algo y tener la convicción que encontrarás el camino como sea.
No sé si porque estudié Diseño y tuve una madre esotérica, pero he sido muy fanática de las personas que tienen pasión, opinión, que salen de la regla, que pueden ver de otra manera. Tengo una profunda admiración por las personas que desarrollan sus talentos contra el mundo, que aman lo que hacen, que piensan distinto al resto, lo veo como un valor profundo de las sociedades. Creo que es vital cultivar lo distinto.
Cuando hablamos de innovación la gente se imagina algo súper tecnológico y complejo y no tiene nada que ver con eso, tiene que ver con hacer las cosas de una manera distinta, eso es innovación. Todo lo que tenga que ver con creatividad y hacer las cosas de manera distinta, es puro valor.
Cuál es tu mirada de la educación en Chile pensando que ese “mirar distinto” se desarrolle desde la infancia... y que el sistema educativo potencie lo diferente.
Creo que la educación está obsoleta completamente. Pasamos de la era industrial a la era digital y, por tanto, hay una era que está terminando y otra que está comenzando. Por eso, cuesta más creer que lo anterior está obsoleto.
Vamos a tener que estar estudiando toda la vida porque todo cambia muy rápido, vas a estudiar cinco años y cuando salgas seguramente eso ya cambió y vas a requerir nuevos conocimientos. Hoy la educación tiene que desarrollar personas creativas, con capacidad de soñar y de reinventarse.
"LA EDUCACIÓN ESTÁ OBSOLETA"
De hecho, la propuesta de los co-working nos muestra una manera distinta de encontrarnos, donde se puede estar creando de forma conjunta. Eso no lo vemos en el sistema educativo tradicional.
La educación anterior todo lo estandariza, si no tienes x notas eres malo. Imagínate que le digas a una persona que sólo es bueno si es capaz de tener un siete en todo. ¡Es una locura! Un tipo que tiene un siete en todo es un excelente administrador y maravilloso que existan, un gallo muy responsable que va a ser capaz de hacer bien incluso lo que no le gusta, porque es muy responsable.
Luego están todos los niños que tienen déficit atencional. El déficit atencional significa que la persona centra su atención solamente en lo que le gusta, y eso puede ser profundamente bueno. Si hay un tipo genio en matemática y malo en todo lo demás ¿qué es ese tipo? ¿es malo? ¿no sirve?
En estos espacios de co-working del IF o el Maker Space, nos basamos en que las personas sean muy buenas en lo que hacen y que estén en un lugar donde los puedan ayudar en lo que no son buenos y que estén dispuestos a colaborarse mutuamente. ¿Y qué necesitamos para que eso pase? Diversidad.
Personas que amen lo que hacen, que estén dispuestos a colaborar. Todos somos alumnos, tenemos algo que aportar y algo que aprender. Estos lugares son comunidades de apoyo, pero eso solo funciona si tienes mucha diversidad en distintas áreas, en experiencia, edades, formas de ser, conocimientos, etc. En los co-working, sabes que llegas a un lugar donde vas a desarrollar tu talento, y también vas a ayudar a otros y te van a ayudar.
¿Qué habilidades relacionales has aprendido y a cuáles están desafiados a aprender los emprendedores?
Soy la mujer más feliz cuando tengo la suerte de estar sentada con gente diferente y aprender de ellos. Aprender a aprender. Y una, que quizás no la traía, es aprender a no subestimar. Siento que subestimamos por la imagen, por los estudios, por cómo habla una persona. Tenemos un montón de paradigmas de quienes tienen capacidad y quienes no. En la era de la creatividad, en la era de pensar distinto, la persona con menos “estructura” podría tener la solución de un problema.
Subestimar es un peligro, en cambio, cuando estás dispuesto a escuchar te das cuenta que todo el mundo tiene algo que enseñar, para eso hay que estar muy libre de cabeza.
¿Cómo te relacionas con el error?
Me he equivocado tantas veces, incluso por mi culpa he empujado a otros a equivocarse. He aprendido a cambiar muy rápido de dirección. Es importante no castigarse con el error, sino entenderlo como parte del camino. Preguntarse ¿para qué sirvió? ¿qué tengo que aprender? aunque no es entretenido equivocarse, a nadie le gusta.
Cuando en el colegio alguien se equivoca te echan de la sala, te ponen un rojo, te vas suspendido, es muy malo equivocarse. Y en la vida, no hay manera de conseguir algo sin equivocarse. La educación debiera enseñar a equivocarse con estilo, aprender a no cuestionar a quienes se arriesgan, a quienes hacen las cosas de manera distinta. Por ejemplo, si un político se equivoca por hacer algo distinto, lo van a hacer pedazos, le damos muy poco espacio a los líderes para hacer cosas distintas. Y necesitamos innovación, por lo tanto, es importante valorar a las personas que piensan distinto y se arriesgan.
Una de las claves para emprender es la relación con el cliente. Recibimos más un “no” que un sí. ¿Cómo conviertes ese no en una oportunidad de venta?
Creo que un emprendedor tiene que ir a buscar sin oportunidades, a veces las que menos parecen oportunidades, lo son. También creo en las relaciones, un cliente que te dice por primera vez que no, te ve en el tiempo y vas a lograr un sí en el proceso, toma tiempo la confianza, toma tiempo mostrar que tienes capacidad, las relaciones toman tiempo, es un proceso “conocerse”. Uno va teniendo relaciones, entonces un “no” no quiere decir que la relación se acabó. No creo en un plan para llegar al sueño, creo en tomar distintos caminos para que las cosas vayan pasando.
¿Qué ha sido lo más difícil?
Creo que los momentos más difíciles son los familiares y en lo profesional hay día mejores y peores. Es como la montaña rusa, un día te crees lo máximo y al otro día te sientes un estropajo porque se cayó un contrato. Y eso, te enseña la incertidumbre en la vida. ¡Cuánto cuesta construir! siento que es fácil criticar y difícil construir. Por eso es tan importante estar enamorado, sentir que tiene sentido lo que haces y no perder el tiempo en lo que no tenga sentido, todo eso lo he aprendido de cosas que me han pasado en la vida. Si me voy a entregar a algo, me entrego, si no, no lo hago. Creo que es importante que las personas logren encontrar “su sentido” y que vean que ese “sentido” va cambiando, van a pasar un montón de cosas que van a hacer que el camino se vaya armando. Una vez mi ex suegro me dijo: “Alejandra, la vida es increíble, pero hay que saber vivirla”. Uno puede pasar toda la vida sin arriesgarse y la vida pasa volando, entonces la pregunta al final es ¿qué fue lo que más valió la pena? Es importante por lo menos sentir que uno se la jugó, que fue capaz de ir a buscar y a tomar las oportunidades.