Miércoles, 30 Noviembre 2016 20:39

ATRÉVETE A VIVIR TUS SUEÑOS

“No hay que aceptarle a nadie que te diga que algo es imposible. Si no puedes hacer algo date cuenta tú que no se puede, en vez de  creer cosas masticadas por otros.”

Con 1 metro 50 de estatura, 43 kilos de peso, Paula Gálvez se convirtió en la primera mujer chilena y sudamericana en terminar un rally Dakar. Para muchos, un imposible por su estatura, peso y género. Sin embargo, la piloto nacional derribó supuestos y logró culminar todas las etapas de la versión 2015, controlando su quad de 350 kilos, superando absolutamente todos los pronósticos y lo hecho por Josefina Gardulski el 2013 quien recorrió nueve tramos. 

Así fue como Paula Gálvez cumplió su sueño de niña al lograr completar la prueba más exigente del mundo, 9 mil kilómetros en 13 etapas, ganándose incluso el reconocimiento del campeón de su categoría, Rafal Sonik. Al cruzar la meta Paula fue recibida por el piloto polaco quien la levantó en sus brazos y señaló como la real ganadora. 

Hoy, a casi dos años de la hazaña, la profesora de Educación Física y mamá (hace seis meses de Camelia) vuelve a proyectar su futuro arriba de una cuatrimoto, esta vez, poniendo a prueba su capacidad de enfrentar la carrera más dura y peligrosa del mundo, siendo mamá. 

Conozcamos en la entrevista, cuáles fueron las estrategias mentales que llevaron a Paula Gálvez a convertir este sueño en realidad.  

ENSEÑAR ES APRENDER

Paula es Profesora de Educación Física, Magíster en Medicina y Ciencias del Deporte, en The Mayflower School imparte clases de Educación Física, Atletismo, Escalada y es Guía del programa Outdoor Education. 

Paula ¿en qué contribuye a tu desarrollo personal el desempeñarte como profesora?

Si bien uno enseña también aprendes mucho. Creo que enseñar es una de las mejores maneras de aprender, porque tiene que estar muy vigente lo que estás enseñando y porque se da mucha reflexión y conversación con los alumnos. Tengo la posibilidad de ser muy cercana a ellos, cuando estamos en entrenamientos de atletismo y estamos haciendo series de velocidad, en la pausa surgen conversaciones profundas donde me doy cuenta cómo puedo influir en las personas y en ese sentido tenemos que ser muy responsables y cuidadosos. 

¿En qué buscas influir?

Me interesa que sean ellos quienes tomen las decisiones. Les transmito que cada acto que realicen dibujará el camino y provocará una consecuencia. Que todas las cosas que hagan las hagan de forma consciente. 

¿Cómo has aprendido la importancia de la toma de decisión?

 

Creo que en cada momento de mi vida me he dado cuenta de la importancia de tomar un camino y no otro y de las repercusiones que tiene. En el Dakar, por ejemplo, cada cosa que planificas o que no planificas va a tener una consecuencia directa, es una suerte de metáfora, porque uno en la vida puede tomar una decisión y la consecuencia no es inmediata y en el Dakar sí. 

“Cuando tenía ocho o diez años veía el Dakar por televisión, en África, y decía ¡quiero estar ahí!”

ATERRIZA LA IDEA

Me cuentas que una decisión en el Dakar tiene una consecuencia directa y que en la vida no es así necesariamente ¿qué aprendiste de esto en el Dakar?

En el Dakar a veces no puedes tomar las decisiones con la lucidez que querrías. 

Por ejemplo, pensar bien antes de actuar, tratar de ser solidario con los demás siempre va a tener una consecuencia positiva. Estuve muchas veces en el desierto con un problema y mi mayor certeza era que mi habilidad social para acercarme a cualquiera, pedir ayuda o hacerme amiga de alguien, me salvaba. Algunos me decían ¡oye porque eres mujer! Pero creo que con un hombre sería lo mismo. Cuando estás dispuesto a ayudar o a que te ayuden estás en una posición más receptiva y conectada con el resto, es una de las grandes certeza.  Yo les digo a los alumnos, a veces ser simpático es más importante que sacarse una buena nota.

¿En qué momento esta idea de participar en un Dakar pasó a ser realidad?

Siempre tuve ganas de correr un Dakar. Cuando tenía ocho o diez años veía el Dakar por televisión, en África, y decía ¡quiero estar ahí! No sabía si en una moto, auto o camión. La verdad es que siempre me han gustado las cosas difíciles, me gustan los desafíos que parecen imposibles y el rally cumple con todos esos requisitos. 

¿Qué hiciste en lo concreto?

Empecé a competir en carreras del torneo nacional, a conocer mucha gente que iba a correr el rally, me contaban sus experiencias en el Dakar, y empecé a aterrizar la idea. Fui visionaria, revisé lo qué iba a necesitar, cuánta plata requería, estuve compitiendo casi tres años en el campeonato nacional y afines del segundo año presenté mi candidatura, me conseguí la plata para postular y tenía harta fe en que me saliera un auspicio aunque estaba dispuesta a quedar endeudada gran parte de mi vida con tal de vivir la experiencia de correr un Dakar. 

Dices, “me gustan las cosas imposibles” ¿en qué momento fue posible?

La verdad es que cuando iba corriendo en la moto decía ¡no puedo creer que esté corriendo el Dakar! Me impresionaba cuando pasaba cada etapa, me decía ¡cómo puedo estar haciendo lo mismo que hizo Carlos de Gavardo!

¿Esa dimensión de lo imposible seguía estando aún cuando lo estuvieras viviendo?

Sí lo viví con mucho respeto, me costaba dimensionar lo que estaba haciendo. Terminar el Dakar se debió a estar lúcida todos los días. A tenerle respeto pero sin miedo, siendo irreverente…

¿Esa irreverencia no tiene miedo?

En general no le tengo miedo a nada en la vida. Ahora sí con una hija tengo más aprensiones. Un montón de gente me decía ¡esta mujer está loca!, me preguntaban ¿no te da miedo quedarte en medio del desierto con tu moto? Mi miedo o susto era no terminar el Dakar, era perder la ilusión. 

PÓNTE A PRUEBA

¿Qué haces mentalmente para convertir ese miedo?

Ser racional, aterrizar las cosas. Anticiparme. Si me estoy quedando en panne y son las 10 de la noche empiezo a anticiparme y digo ok. paso la noche acá, me despierto a las 5 de la mañana sigo la carrera me quedan 100km y los termino en una hora. No desesperarme. Me digo ¿qué es lo peor que puede pasar? De forma intuitiva voy evaluando los riesgos y las consecuencias. 

¿Cuando hablas de tu fortaleza mental te refieres a tu capacidad de anticiparte?

Sí. Cuando hice mi bolso acá en Santiago, hice una lista, llevaba cortados los tape que me pondría en los dedos porque sabía que en carrera no iba a tener tiempo para estar cortando, o no iba  a tener la motricidad para cortar. Me anticipé a lo que iba a hacer. Como iba a estar muchas horas arriba de la moto me echaba crema para proteger algunas zonas de mi piel para evitar heridas.

¿Qué ves en situaciones donde no existe la anticipación?

Creo que es el camino directo a fracasar, al menos en el Dakar. Por no anticiparte a una situación que sabes que va a ocurrir, es caminar hacia el precipicio. Había corredores que nunca se habían metido en dunas, cómo no hacerlo si acá en Chile están las dunas más difíciles del mundo. No puedes ir con poca agua si sabes que vas a tener más de 40 grados de temperatura, te tienes que hidratar. Esos errores te pueden costar la vida como le ocurrió a un piloto. 

Y ¿cuáles fueron las habilidades que tuviste que desarrollar en la carrera? 

Aprender a ser más flexible, a que las cosas no serían tal como yo creía. A darme cuenta que constantemente tendría que estar solucionando problemas, que tenía que recurrir a mis máximas habilidades de calmarme. Aprender a vivir el presente con lo que te va tocando en el minuto, anticipándome pero también estando abierta a lo que venía llegando. Desarrollé la paciencia y aprendí a disfrutar de la adversidad. 

¿En qué te cambió estos aprendizajes?

Me reafirmó que no existen cosas imposibles, que el trabajo y la perseverancia te llevan a cumplir tus sueños. No hay que aceptarle a nadie que te diga que algo es imposible. Si no puedes hacer algo date cuenta tú que no se puede, en vez de  creer cosas masticadas por otros. El Dakar es una experiencia muy fuerte donde estás lidiando en todo momento entre la vida y la muerte, entonces aprendes a valorar más el presente que estás viviendo.

Y ahora me gustaría ponerme a prueba siendo mamá. 

¿Ponerte a prueba es parte de tu desarrollo personal?

¡Sí!, siempre he pensado que uno de los objetivos en la vida es perderle miedo a la muerte, ahora que tengo una hija me he puesto aprensiva y me gustaría liberarme de eso, estoy en una etapa de descubrimiento para enfrentar mi próximo Dakar el 2018. 

 

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